jueves, enero 17, 2008

Excesos

La estimulación pasa a través de mí. Se lleva mi condena, me enciende la insolencia. Camino entre carcasas vacías de sueños y parchadas de miedos. Aún me provoca placer proteger a los desamparados. Encuentro mi fuerza en dar consuelo y recibir ternura. No me molesta ser indiscreto en la intimidad.
La necesidad es igualmente severa. La complejidad podría consumirnos. En días fríos y encapotados es inevitable la fuga. Todo es un crimen, todo es corrupto y retorcido.
Cedo a las oraciones de los ojos de estanque y las mejillas maltratadas, aunque todo es indudable perdición. Vivo en el fragmento del existir que se rompe en el esfuerzo de transformar en convicción la rabia.

1 comentario:

Jorge Pinto dijo...

Hey, me gusta este formato. Corto y directo. Muy interesante.
Y oye muchas gracias por el apoyo y los comentarios, ya quiero ver de qué hablan! XD un abrazo, estamos en contacto