Vivo del encantamiento de la realidad, de la inhalación del aliento después del beso. Soy profano frente a todos los templos y sus leyes escritas en piedra.
La rabia juvenil es deliciosa. Despierta la conciencia, enternece el corazón, encarnece los ojos — fatídicamente, también enrarece las ideas. Poseer sin abuso, sin mentira ni esclavitud, eso es ardor.
No me tomes por índigo cuando soy polvo de zafiro lunar.
viernes, agosto 10, 2007
miércoles, agosto 08, 2007
Lazos
La sensación sublime del contacto con lo divino se me derrama en la visión interna. Legiones de espectros, olas de bestias que devoran la piel y las buenas memorias.
La descarga de temor y placer nunca se detiene. El dolor acusa ser el medio para el contacto. Yo lo acuso de incompleto.
Sangre, lágrimas, tensión vibrante y risas, todas me son familiares. Claridad en el trazo perfecto, la palabra correcta, el gesto adecuado: son los pasajes a otros mundos. Soy escaso en dar, me falta compartir intimidad, me sobra entrega, me hace falta el caudal.
¿Cómo no dejarme consumir así en la devoción de la necesidad irresoluta?
La descarga de temor y placer nunca se detiene. El dolor acusa ser el medio para el contacto. Yo lo acuso de incompleto.
Sangre, lágrimas, tensión vibrante y risas, todas me son familiares. Claridad en el trazo perfecto, la palabra correcta, el gesto adecuado: son los pasajes a otros mundos. Soy escaso en dar, me falta compartir intimidad, me sobra entrega, me hace falta el caudal.
¿Cómo no dejarme consumir así en la devoción de la necesidad irresoluta?
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