
Resulta que lo que deseo sí existe, solo no sé alcanzarlo.
Cada momento, puedo morir o vivir con solo desearlo.
Hago lo que necesito para obtener lo que quiero y sentirme como me gusta... creo. A pesar que me esfuerzo por limitarme, algo muy dentro de mí busca siempre ser libre... qué bien, que el instinto es más fuerte que mi visión limitada. Soy impermanente, y me gusta decirme a mí mismo que no fui hecho para este mundo.
Soy un fatalista impertinente, y también amo con toda el alma. Está bien, no necesito entender todo para ser feliz.
Ya no recuerdo si alguien alguna vez habló tan bonito de mí como aquella niña-hada lo hizo de su novio eléctrico. Siento envidia.
1 comentario:
Súbitas confesiones Kryz, pero... q fue lo q dijo la niña-hada de su novio eléctrico??? eso me intriga. Dime, va...
mAiLe
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